Estrés Laboral

¿Qué es el estrés laboral?
Todas las personas que alguna vez han trabajado, han podido sentir en algún momento, estrés relacionado con las demandas en este ámbito de su vida. Cualquier trabajo puede tener elementos estresantes, incluso si lo haces de forma vocacional y te encanta. A corto plazo, puedes experimentar presión por cumplir con los plazos de entrega que tienen una fecha límite o por el reto que supone ascender a un nuevo puesto. Pero cuando el estrés laboral se vuelve crónico, puede ser angustioso y perjudicial para la salud física y emocional.
Desafortunadamente, tal estrés a largo plazo es demasiado común. De hecho, para un número importante de personas, el trabajo es citado como una fuente importante de estrés a lo largo de su vida. No siempre se pueden evitar las tensiones que se producen en ámbito laboral, sin embargo, se pueden tomar medidas para manejar el estrés relacionado con el trabajo.
Fuentes comunes de estrés laboral
Ciertos factores tienden a relacionarse con el estrés laboral. Algunos de ellos son:
- Gestión del tiempo deficiente.
- Salarios bajos.
- Cargas de trabajo excesivas.
- Dificultades para adaptarse a los cambios en la rutina de trabajo.
- Conflictos con compañeros de trabajo, supervisores y directivos.
- Sentirse incapaz o no calificado para hacer el trabajo.
- Pocas oportunidades de crecimiento.
- Falta de apoyo de supervisores.
- Trabajo que no sea atractivo o desafiante.
- No tener suficiente control sobre las decisiones relacionadas con el trabajo.
- Demandas conflictivas o expectativas de rendimiento poco claras.
Muchas personas aprenden a lidiar con el estrés relacionado con el trabajo. Los que se queman no lo hacen. A menudo, las personas que se queman son aquellas que tienen ciertos rasgos de personalidad, que pueden dificultar el afrontamiento de esta situación, suelen ser perfeccionistas, tienen altas expectativas y dan mucha prioridad al trabajo.
Los trabajadores en las primeras etapas del agotamiento se sienten fatigados, frustrados, desilusionados y aburridos.
Pueden sufrir síntomas de estrés, tales como:
- Aumento del consumo de alcohol, cafeína y nicotina.
- Cambios en los hábitos de sueño y alimentación.
- Malhumor e irritabilidad.
A medida que avanza el agotamiento, los hábitos de trabajo comienzan a deteriorarse. En muchas ocasiones, la persona que está sufriendo estrés, se aísla y se retira, evitando el contacto con compañeros de trabajo y supervisores. Es frecuente que aparezcan emociones como el enfado, la hostilidad y el bajo estado de ánimo.
La mayoría de los casos aparecen síntomas físicos de estrés tales como:
- Fatiga crónica.
- Dolores de cabeza.
- Dolor de espalda.
- Sequedad de boca y garganta o dificultad para tragar.
- Diarrea o estreñimiento.
- Erupciones, urticaria u otros problemas de la piel.
- Dolores en el pecho y/o taquicardias.
En las etapas finales del agotamiento, los trabajadores experimentan un sentimiento irreversible de desapego y una pérdida total de interés en sus trabajos. La autoestima es muy baja. Los sentimientos sobre el trabajo son totalmente negativos y, en ocasiones, el ausentismo se convierte en un problema.
El agotamiento no se produce de la noche a la mañana, y puede revertirse con los pasos correctos.
Tomando medidas para controlar el estrés
- Sigue tus factores estresantes. Puedes llevar un diario durante una o dos semanas para identificar qué situaciones te generan más estrés y cómo respondes a ellas. Registra tus pensamientos, sentimientos e información sobre el medio ambiente, incluidas las personas y las circunstancias involucradas, el entorno físico y cómo reaccionaste, ¿levantaste tu voz? ¿compraste un bocadillo de la máquina expendedora?, ¿te fuiste a caminar? Tomar notas puede ayudarte a encontrar patrones entre los factores estresantes y tus reacciones ante ellos.
- Desarrolla respuestas saludables. En lugar de intentar combatir el estrés con comida rápida o alcohol, puedes tomar decisiones más saludables cuando sientas que aumenta la tensión. El ejercicio es un gran eliminador de estrés. También puedes hacer tiempo con tus actividades favoritas, ya sea leer una novela, ir a conciertos o jugar con tu familia, asegúrate de reservar tiempo para las cosas que te brindan placer.
- Dormir bien. También es importante para el manejo efectivo del estrés. Desarrolla hábitos de sueño saludables al limitar el consumo de cafeína al final del día y minimizar las actividades estimulantes, como el uso del ordenador, tablet, móvil y la televisión, durante la noche.
- Establecer límites. En el mundo digital de hoy, es fácil sentir la presión de estar disponible las 24 horas del día. Establece algunos límites trabajo-vida para ti mismo. Eso podría significar establecer una regla para no revisar el correo electrónico desde tu casa por la noche o no contestar el teléfono durante la cena. Aunque las personas tienen diferentes preferencias en cuanto a la forma en que combinan su vida laboral y familiar, la creación de algunos límites claros entre estos ámbitos puede reducir el potencial de conflicto entre la vida laboral y personal y el estrés que conlleva.
- Tómate tiempo para recargar. Para evitar los efectos negativos del estrés crónico y el agotamiento, necesitamos tiempo para reponernos y volver a nuestro nivel de funcionamiento previo al estrés. Este proceso de recuperación requiere «desconectarse» del trabajo al tener periodos de tiempo en los que no estas participando en actividades relacionadas con el trabajo, ni pensando en el trabajo. Por eso es fundamental que se desconecte de vez en cuando, de una manera que se ajuste a sus necesidades y preferencias. No dejes que tus días de vacaciones se desperdicien. Cuando sea posible, tómate un tiempo para relajarse y desconectar, para que regreses al trabajo sintiéndote revitalizado y listo para rendir al máximo. Cuando no puedas tomarse un descanso, obtén un impulso rápido apagando tu teléfono y centrando su atención en actividades no laborales por un tiempo.
- Aprende a relajarte.Las técnicas como la meditación, los ejercicios de respiración profunda y la atención plena (un estado en el que observas activamente las experiencias y pensamientos actuales sin juzgarlos) pueden ayudar a disipar el estrés. Comienza tomando unos minutos cada día para concentrarte en una actividad simple como respirar, caminar o disfrutar de una comida. La habilidad de poder concentrarse a propósito en una sola actividad sin distracción se fortalecerá con la práctica y descubrirás que puedes aplicarla a muchos aspectos diferentes de su vida.
- Habla con tu jefe. La salud de los empleados se ha relacionado con la productividad en el trabajo, por lo que tu jefe tiene un incentivo para crear un entorno de trabajo que promueva el bienestar de los empleados. Comienza por tener una conversación abierta con él. El propósito de esto no es presentar una lista de quejas, sino crear un plan efectivo para manejar los factores estresantes que has identificado, para que puedas obtener el mejor desempeño en el trabajo. Si bien algunas partes del plan pueden diseñarse para ayudarte a mejorar tus habilidades en áreas como la administración del tiempo, otros elementos pueden incluir la identificación de recursos de bienestar patrocinados por el empleador que puede aprovechar, aclarar qué espera de ti, obtener los recursos necesarios o el apoyo de sus compañeros.
- Consigue un poco de apoyo.Aceptar la ayuda de amigos y familiares de confianza puede mejorar tu capacidad para manejar el estrés.
Si continúas sintiéndote abrumado por el estrés laboral, es posible que necesites una intervención terapéutica más ajustada a tus necesidades y características individuales, y así poder ayudarte a controlar mejor el estrés y cambiar el comportamiento poco saludable.
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